Fue la mano de Dios (2021) – Paolo Sorrentino

Fotograma de «Fue la mano de Dios» (2021).

Mario C. Gentil / 13.12.2022

El mejor Sorrentino vuelve a la palestra con una obra que retrata la sociedad napolitana de los ochenta. Con el inconfundible sello del cineasta en cada momento, y un largo y excéntrico número de personajes, es una película que versa sobre muchas cosas. Pero una por encima de todo: Napoli.

Toda persona que haya estado en Nápoles sabe que aquello es diferente, y que ellos son y se sienten diferentes. Un lugar con luces y sombras, pero desde luego, único. El director italiano hace aquí una película que faltaba y que otras grandes ciudades sí habían tenido.

Como siempre, es una experiencia sensorial extraordinaria. Con una gran música, escenas hipnóticas, y una magnífica fotografía que capta la belleza y a la vez la decadencia de una ciudad. Esta decadencia que coexiste con aspectos positivos se representa también con un amplio repertorio de personajes con todo tipo de peculiaridades cada uno, pero moldeados todos por una misma ciudad. Aparece en esa amalgama temas como la soledad, la muerte, la amistad, el crecimiento, la infidelidad, la familia o la locura.

Fotograma de «Fue la mano de Dios» (2021).

El contexto maradoniano como culmen del misticismo napolitano está utilizado de manera genial para introducir la comedia del más alto nivel, para articular la historia y para reflejar esas luces y sombras.  Hay un fuerte uso del simbolismo que se combina siempre con ese buen gusto de la imagen, y es utilizada para dar profundidad en ciertos momentos, sin pasarse de solemnes, sin pecar de pretenciosidad, y sin quedarse en simple artificio.

En el eje nos sitúa a un joven adolescente, que observa el entorno que le rodea, y que va madurando a base de fuertes impresiones que vive. Está la influencia de Fellini en multitud de escenas (con las mujeres, la infancia, los recuerdos, la familia). Hasta llega a aparecer indirectamente en el filme el mítico director.  

Si acaso la única pega que me deja esta película es que, pese a que me fascina y me colma, no me coge por sorpresa, pues todo el ejercicio de estilo que aquí se vierte ya me parece haberlo visto en su filmografía. Aunque honestamente, me es más que suficiente, pues la cinta es buena de principio a fin, y no solo eso, sino de lo mejor hecho en el cine en 2021.

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