Jaime Pinto Llosa / 06.12.2022
Fracasados (Alberto Triano, España, 2022) Es una película que configura un multilínea explorando el formato de coaching, junto con una representación de historias en género de acción convencional. Por ello su forma atrae sus contenidos y que son bien encarnados por sus personajes, bien sustentados por buenos actores.
Es difícil generalizar el cine, es tan variado e inclasificable, por eso RIZOMA da espacio a este proceso que es el cine mismo. Este año nombró a esta sección ADAPTADOR UNIVERSAL, y reunió todas las obras que mostraran, trabajaran, buscarán adaptar lenguajes, técnicas, formatos a esta palabra Cine. Fracasados, lo hace muy bien, una propuesta fresca, que encumbra distintos estilos de vida, distintas edades, distintos trabajos en la búsqueda del Skvader, una metáfora que sirve como hilo conductor para desarrollar una contundente historia.
La película destaca ofreciendo un gran mensaje sobre el sentido de la vida, ese espacio y tiempo donde estamos en lucha. Buscando propios retos, nuestros propios desafíos, así es como “cuatro soñadores”, un policía, una publicista, un ingeniero de motores y un músico, se desafían en retos imposibles para tener un sentido que es en realidad lo único que les da sentido.
Ya que lo fácil y acomodado es superlativo en el sentido de placer o satisfacción. Lo que realmente nos da satisfacción es dejar atrás todo lo logrado y “empezar de cero” como lo hizo el músico. Es lograr el imposible como lo hizo la publicista, que generó impacto en paralelo, buscando al Skvader encontró, o encontraron en ella misma, el concepto de la campaña publicitaria, es lograr montar el gran circo y transmitir eso que nos parece importante como el policía. Y más aún tener principios como lo hizo el ingeniero. Grandes lecciones de vida que concluyen con aspiraciones personales que resultan ser simples pero que atraviesan complejidades y múltiples desafíos en tan solo 65 minutos.
Estas historias están bien contadas, bien estructuradas en el tópico de aventura, acción, donde se mezcla cierto terror y suspense, drama y comedia. Es una configuración íntegra de la cual no sabes cómo acabará. Alberto Triano logra la hipnosis, conjuga como un buen narrador y nos hace participar de las cuatro historias, vivirlas. El aporte está en generar esta fuerte experiencia de la cual nadie puede ser indiferente, aquella que nos saca de nuestro espacio de confort. Podría comentar que el uso del sistema de coaching, un lenguaje popular mass media, propio del siglo de las TIC resulta ser explícito en el tono de la película, lo cual reduce su poética y estética como ocurre en filmes más sugerentes de mayor subtexto. No es un criterio negativo, es la propia personalidad de Triano.
Por ello se necesita un lenguaje claro y directo, para decir, motivar, intrigar con un mensaje explícito. No en exploraciones metafísicas, pero sí en filosofía fundamental que quiere aportar sentido a las personas que no tienen a donde ir o qué hacer, aquellas que solo están esperando el momentum y se olvidan, o que no saben, que ellas son ese momento. La reivindicación humana, la transfiguración del deseo y la pasión en algo como la creatividad o reinvención. Es lo mejor y es algo que ya sabes. Que aunque hayas fracasado no lo has perdido todo has aprendido lo que es la noche y el amanecer y el frío y todo eso es experiencia y todo eso sirve para vivir y eso es para lo que estamos aquí.