Mario C. Gentil / 23.05.2022
La esperada Cinco lobitos, ha llegado este pasado fin de semana a la cartelera de nuestros cines españoles. La cinta fue preestrenada internacionalmente en la 72º Berlinale este febrero, y en España, en el Festival de Málaga celebrado el pasado marzo, alzándose con cinco premios, entre ellos, la Biznaga de Oro a la Mejor Película.
Sigue el cine español renovándose a base de la irrupción de nuevos y nuevas cineastas, en lo que casi que podemos definir ya, como una nueva corriente de cine español, de fuertes tintes realistas y costumbristas. En este caso la debutante, tanto en la dirección como en el guion, es Alauda Ruiz de Azúa, que nos lega Cinco lobitos como una de las obras importantes del año en panorama nacional, y que se suma a la mencionada corriente de autores nóveles que en los últimos meses nos han traído, entre otros, títulos como Las niñas, Alcarrás, Libertad, La vida era eso o Espíritu Sagrado.
Cinco Lobitos, es una historia que trata fundamentalmente la maternidad, pero que toca otros muchos temas y sentimientos derivados, como son la búsqueda de uno mismo y de las raíces, la unión familiar y los roles tradicionales asociados (con una especial crítica a la implicación masculina a la hora de los cuidados), la soledad, la transición a otro tipo de vida o la desesperación ante un mundo que se te hace grande. En definitiva, cómo el ser madre remueve muchas cosas, produciendo un momento clave en la trayectoria vital en la que aparece una profundísima reflexión existencial. Todo ello expuesto de una manera muy contemplativa, transparente y sincera, con unas constantes muestras de cotidianidad que marcan el filme.
Amaia es una joven de 35 años que acaba de ser madre por primera vez. A la inexperiencia, la poca ayuda de su pareja, que trabaja fuera, o la necesidad de compatibilizar cuidados con la inestabilidad del trabajo contemporáneo, se le une que la única ayuda que obtiene, de sus padres, conlleva también otra serie de inconvenientes. En este panorama, Amaia intenta aprender a ser madre, a la vez que tendrá que solucionar cosas de su entorno, que, por diferentes circunstancias, están al borde del cambio.
La construcción es sólida, con una sucesión de escenas cotidianas que cuando nos queremos dar cuenta ya estamos totalmente implicados en el proceso de maternidad y empatizados con la protagonista. Esta sensación de veracidad, aparte de a la diáfana presentación de planteamiento e imágenes, se lo debemos a la genial actuación de su actriz principal, Laia Costa, que nos encarna una mujer de carne y hueso, de sonrisa y lágrima, de fuerte compromiso, pero expuesta al cansancio y a la desesperación. Son numerosos los momentos de gestualidades que clavan lo cotidiano, y de situaciones que a la mayoría de los espectadores habrá incluso transportado a recuerdos personales.
La crítica a la implicación masculina a la hora de los cuidados, tanto en relación a los infantes, como a la pareja, es patente, adecuada y real, y aunque todos sabemos que hay una infinidad de comportamientos en la humanidad, es una constante que se ha dado en toda la historia, que hoy día se sigue cumpliendo en una gran mayoría, y que aquí se ve muy bien expuesta.
Ante todo, se respira un cine sincero, seguro, tanto en lo que cuenta como en la manera en que nos lo relata. Da la sensación de que se ha asentado una corriente de cine español en que el que las nuevas cineastas convergen, y en el que todo joven debutante encuentra un lugar plácido para contar historias que les tocan personalmente, donde tienen espacio para desarrollar pensamientos muy actuales, y donde implican a sus localidades de origen como elementos clave en la formación de su identidad, y a su vez, sirven como marco contextual de historias que sorprenden por su potente realismo.
Cinco lobitos es una de ellas, y sin duda, una de las películas españolas del año. Si pueden, no lo duden: acudan al cine.
4 thoughts on “La maternidad como momento vital de un replanteamiento existencial”