La vida era eso (2020) – David Martín de los Santos

Mario C. Gentil / 20.12.2022

Está siendo el 2021 un año de buen cine español y en su gran mayoría las historias de sus películas tratan sobre mujeres: Madres paralelas, Libertad, Pan de limón con semillas de amapola, e incluso podemos meter a Maixabel, aunque su reparto protagonista no solo lo copen mujeres, como sí ocurre con las otras.

Pues es también la ópera prima de David Martín de los Santos (dirige y escribe), que, aunque fuese producida y estrenada en los festivales de Tokio y Sevilla de 2020 (y presentada en algunos más de la geografía española), su estreno comercial se ha demorado más de un año, un drama copado por dos mujeres, donde se nos da otra visión más de la independencia femenina.

Es en este caso una historia de dos mujeres migrantes, en la que la joven influye a la mayor a replantearse esquemas de su vida. Una película de amistad en la que la búsqueda de la identidad de una se convierte también en una introspección de la otra. La alarma suena, y la protagonista decide emprender un viaje consigo misma convergente al que hace por su amiga.

Se mueve la película en una intimista y especie de vitalista road movie. Pero todo con un desarrollo reposado, sobrio, y con ternura en la mirada, tanto de la cámara como de Petra Martínez, que hace una contenida pero muy exacta actuación (no me imagino la película con otra actriz, y eso es una incontestable señal del trabajo que aquí realiza). También está sobresaliente Anna Castillo, que en pocos minutos de metraje llena con su presencia la película.

El resto de personajes que aparecen y con los que la protagonista interactúa son sencillos, transparentes y reales. El silencio, con sus inevitables sonidos, asientan el tono, y la música cuando aparece es diegética, ahondando más en esa calma y sinceridad compositiva que los planos ya nos ofrecen.

Si bien, la película se me estanca en cierto momento, en su mitad pasada del filme. Quizás unos pocos minutos menos de metraje la hubiesen redondeado. Pero salva ese pequeño bache sin salirse del tono, manteniendo tanto el estilo como la trayectoria del guion.

Cine respetuoso, sin subrayados, realista y que transmite lo que pretende sin necesidad de una masiva información.