‘Sonne’: hiyab e identidad en las mujeres musulmanas

Andrea Villalón Paredes / 07.11.2022

Esta película llega en el contexto perfecto, nos puede ayudar a entender la controversia del hiyab y la identidad, sobre todo para quienes lo desconocen.

Un grupo de amigas sube un vídeo a internet cantando Losing my Religion de R.E.M. mientras perrean y hacen el tonto. Aparecen con hiyab y las ropas de rezo de la madre de Yesmin (Melina Benli). El vídeo se viraliza, de repente empiezan a surgir cuestiones sobre la fe, a la vez que la relación con sus amigas empieza a cambiar.

Lo verdaderamente ingenioso de este filme es cómo, sin decir explícitamente nada, nos muestra cuando algo es culturalmente opresivo y cuando no. Cuando lo dictamina un hombre y cuando es una elección propia. Esto se enrosca en una narrativa mayor que cuestiona la identidad y los cambios a los que se exponen los kurdos al inmigrar a un país de occidente.

Desde Europa, muchas veces hemos determinado qué es la libertad y qué no. Para muchos, que una mujer cubra su pelo por sus creencias religiosas y/o culturales, es significado de opresión sobre la mujer. Y este argumento se apoya en pruebas como, por ejemplo, las recientes protestas de las mujeres iraníes después de la muerte de Mahsa Amini. Esto olvida la existencia del libre albedrío y la diferencia con la obligación. Pero también se extiende al pensamiento de que una mujer que lleva hiyab simboliza que está sometida a seguir a rajatabla una religión y unas normas. Sonne ofrece una visión contraria y muestra cómo siempre el uso del hiyab debe estar ligado a la voluntad de quién lo lleva, es un complemento más que no determina lo que puedes, o no, hacer con él, es un símbolo de identidad, igual que lo puede ser llevar un collar con una cruz o la virgen. 

Tristemente, la narrativa quiere tratar muchas cosas y añade demasiados personajes que no llegan a ningún lado o simplemente sirven para hacer que la trama avance, a esto se le suma que el filme cierra de forma abrupta sin llegar a una conclusión, haciendo que sea olvidadizo y sin dejar ningún impacto.

Sonne es una película sobre la identidad que nos puede ayudar a entender puntos de vista que no éramos capaces de concebir, pero este mérito se pierde entre su ambición narrativa, teniendo un efecto contrario y haciendo que se convierta en algo totalmente plano, donde lo que pasa no tiene ninguna objetivo, por lo que se genera la sensación de estar incompleta en muchos aspectos.