‘Past Lives’: aprender a dejar ir

Andrea Villalón Paredes / 23.09.2023

And it took you five whole minutes to pack us up and leave me with it holdin’ all this love out here in the hall.

Exile de Taylor Swift del albúm Folklore.

Past Lives es el film debut de Celine Song, una película que habla de lo que pudo ser, del destino, del afecto y la admiración hacia una persona que por cuestiones ajenas se ve obligada a tomar un camino distinto, pero que reaparece después con un océano de por medio, literal y metafóricamente. Sigue la línea de películas como Deseando amar, la trilogía de Antes de… o La Isla de Bergman.

La mejor manera para describir esta película brevemente es decir que es la materialización de Folklore y Everemore de Taylor Swift. Es una película tan bonita y desgarradora, de las que te enganchan y te destrozan, pero no el sentido dramático del filme, sino en el aspecto realista de este. Con un ritmo narrativo metículosamente ejecutado se nos presentan tres etapas de la vida de Hae Sung (Yoo Tae-o) y Nora (Greta Lee); Infancia, adultez temprana y adultez. A través del paso del tiempo también se muestra la evolución de unas emociones que nunca acaban por disolverse, sino que cuando se reencuentran resurgen, pero cada vez con complicaciones. 

En estas tres etapas se divide también el contraste de paisajes. Aunque mayoritariamente el trabajo de las localizaciones de exterior del filme se divide en dos ciudades grandes, Nueva York y Seoul, la cámara se posiciona de tal manera que hace ver tanto las similitudes como las diferencias de ambas, mostrando de manera visual las diferencias culturales entre los protagonistas. Los colosales edificios neoyorkinos, que convierten a las personas en hormigas, se mezclan con la verticalidad y las calles estrechas seulenses. En el diseño de producción, los colores infantiles, chillones y pastelosos, se pierden en los colores monótonos y neutrales. El entorno envuelve a los protagonistas y cambia con ellos, engulléndoles en una realidad que no necesariamente es mala o cruel, sino que es simplemente diferente.

No obstante, el filme también propone algo más allá de la idealización de un amor imposible. Esto es afrontar las expectativas de los sueños que choca con la realidad. Prepararse para la grandeza y ser mediocre (en el sentido no peyorativo de la palabra). Quizás la película brilla más cuando se introduce el personaje de Arthur (John Magaro), donde en vez de optarse por la obviedad de un triángulo amoroso, se apuesta por la definición de la cotidianidad y la intimidad. En la vida que transcurre fuera de la pantalla, no somos seres impulsivos, no abandonamos todo por posibilidades o por el “¿qué pasa si…?”. Somos más complejos, es el contraste con Titanic de James Cameron donde es preferible que el romance muera siendo idealizado completamente a que se dé de bruces con la realidad. Si Jack hubiera sobrevivido, Rose le hubiera dejado a las tres semanas por los estilos de vidas completamente distintos que se dan por sus clases sociales.

En Past Lives esto último no ocurre, pero tampoco se juega a la crueldad. El afecto de Nora hacia Hae Sung corresponde con una parte completamente identitaria que sucede a través del recuerdo, es la conexión directa con el lugar de origen, la lengua materna y los signos culturales a través de una persona (cualquiera que haya viajado al extranjero hablando otra lengua sabe la euforia que supone encontrarte con alguien que entiende tu legua materna, por mucho que se encaje en el otro país). Esto es lo que separa a Nora de Arthur, puesto que por mucho que lo intente, este carece de la identidad cultural coreana, es una parte que será inaccesible. En el otro lado, la atracción de Hae Sung en Nora sucede sobre la auto proyección de un futuro que no puede pasar, también dado por valores culturales. En esta situación, el recuerdo es el mayor castigo de ambos protagonistas porque es lo que les une, pero a la vez lo que se rompe cuando se observa la realidad del ahora. La relación es imposible no por las circunstancias de los personajes per se, sino porque no es realista, es una idealización. Hecho que no quita que ambas personas se puedan seguir teniendo afecto y deseo, más bien lo contrario, tiene efecto péndulo, porque al apartarlo sin poder comprobarlo (sin saber la realidad), siempre queda el requiebro de los sueños y la fantasía.

En resumen, Past Lives es una película donde su mayor potencial recae en el aspecto narrativo del filme. Aunque su estética es estándar y no arriesga demasiado, es lo suficiente para lo que quiere contar. Es un filme acogedor y a la vez desgarrador, haciéndolo ante todo realista y que se hará un hueco en los corazones de los amantes de peliculas como La peor persona del mundo o Before Sunset.

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