‘Oppenheimer’: la materia oscura

fotograma de ‘Oppenheimer’ (2023).

Mario C. Gentil / 19.08.23

El universalmente conocido Christopher Nolan fue el otro director del denominado ‘Barbienheimmer’, el doblete de películas hollywoodienses que hemos tenido hasta en la sopa. No solo los nuevos algoritmos que nos asaltan desde nuestros propios dispositivos han bastado, sino que una ingente cantidad de marketing, ya de por sí brutal, acabó entroncándose en la promoción con la película de la muñeca de Mattel en una estrategia de un falso juego de contrarios y de mutuo beneficio, que ha terminado por asentar en las cabezas de la población en general que eran los estrenos del año.

Bajo esta arrogada “responsabilidad universal“ (no tienen por qué emanar así sus proyectos, pero se le intuye cierta grandilocuencia que la puede haber confundido con el paso de los años con su propio gusto), Nolan ambiciona cintas gigantes, espectaculares, épicas, que lleguen ahí donde el ser humano solo ha podido anteriormente sino pensarlo. Hasta obras que tratan temas trascendentales en la historia de la humanidad como es el caso de Oppenheimer (2023).

En esta cinta en la que se pretende escarbar en la problemática figura del creador de la bomba atómica y en su propia moralidad, Nolan continúa con los recursos que le son propios: un afán por aglomerar historias masivas, repletas de personajes, donde el movimiento es constante y la velocidad es febril. Un cine de movimiento galáctico en el que él es la “Gargantúa” entorno a la cual orbita toda su galaxia cinematográfica. Para ello la música de fondo ensambla de principio a fin esta vertiginosa puesta en escena de montaje de planos fugaces, de cortos primeros planos en los que se deben captar inmediatamente los rostros y las psicologías de los personajes, resultando en un artefacto en forma de bala (¿o de bomba de reacción en cadena?) que tiene a su vez que volver atrás con flashbacks que no son sino muletas para el espectador magullado de tanto golpeteo (subrayados conscientes por el propio Nolan del estrés que su narración genera). Incluso añade aquí otro recurso espacial que le fascina, los saltos en el tiempo, para estructurarnos con cambios temporales y, del blanco y negro a color, un tipo de narración que puede servir en una historia concreta y mucho más pequeña como en Memento (2000), pero que aquí no es sino el remate que termina de pintar el caos en el que se agitan las materias en este universo.

fotograma de ‘Oppenheimer’ (2023).

Todos estos elementos acaban por resultar en una radiación (de fondo y de primer plano) que van socavando y contaminando la mirada de las masas que no tienen tiempo, a las que no se les asiste, ni se les da espacio para pensar. Que las cosas del universo tengan un perfecto orden interno no significa que podamos verlo a simple vista, si no que es algo que generalmente se revela mediante la contemplación, la paciencia, y el detenimiento. Los espectadores tienen derecho a participar. Todo esto hace que en poco pueda ayudar la cinta al juicio, opinión o revisión del protagonista de la misma: Robert Oppenheimer.

Hay algo que a Nolan, de sabida inclinación por los misterios del cosmos, se le escapa en esta visión de su cine a modo galáctico: esas masivas cantidades de materias que hay por el espacio, que viajan a velocidades al límite de las leyes de la física, son todas ensambladas por la materia oscura que envuelve todo el universo y que le dan forma. Para la captación de dicha materia se precisa de estudio y paciencia. Sin la presencia de esta materia oscura, muda e invisible, y a decir verdad, muy elegante y verdaderamente misteriosa, la gravedad no sería suficiente, y la inercia y la velocidad todo lo esparciría. Nolan debería apuntar en el futuro a tratar este tipo de materia, replantearse si su cine es ya algo obsoleto, y comenzar una nueva etapa donde la revelación llegue mediante menos acción y más observación. Quizás para ver un universo hay que apuntar para uno mismo y no hacia fuera. O para el suelo y no para el cielo. Aunque probablemente esa lucha por la búsqueda de la humildad no reporte tantas ganancias.

fotograma de ‘Oppenheimer’ (2023).

1 thought on “‘Oppenheimer’: la materia oscura

  1. Carlos says:

    Es un placer leer tus críticas tanto por lo claro y directo de tus explicaciones, así como la pasión que denotan tus palabras.
    Quiero darte las gracias primero como lector y segundo permítete que te anime a seguir cumpliendo tus sueños.

    Responder

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *