Andrea Villalón Paredes / 02.03.2022
Tras su arrasador paso por los Césars, llevándose entre ellos el premio a Mejor Película, Las Ilusiones Perdidas llega a nuestras salas, encontrándose disponible en cartelera en este momento.
Un film de Xavier Giannoli que adapta la obra homónima de Balzac. Para aquellos que desconozcan la obra original, la película narra como Lucien de Rubempré (Benjamin Voisin), un joven de clase trabajadora y poeta, llega a París persiguiendo su sueño de que se publique su poemario, pero la capital francesa aguarda otros planes para él.
Similar a Ciudadano Kane, acudimos a una crítica al modo de vida social del siglo XIX, donde destacan los círculos de poder que incluso aún perdurarán. Pero quizás lo más similar a la obra de Orson Welles sea la muerte del periodismo, donde la prensa se empieza a capitalizar, dejando así sus labores informativas y pasando a ser una empresa con claras intenciones lucrativas. Esto es lo que convierte a la película en una obra contemporánea, pues solo hace falta un vistazo para poder observar que vivimos en pleno auge de las fake news. La rigurosidad de la información pasa a segundo plano cuando lo que se busca mayoritariamente es el sensacionalismo, la rapidez y, sobre todo, la polémica.
El estilo del film también recuerda a las películas de Martin Scorsese, donde se hace una crítica al protagonista a través de las acciones del mismo. Verdaderamente, a través de la cinta de Giannoli, podemos descubrir que estas películas tuvieron muchísima inspiración en Balzac y cómo la narrativa se reutiliza y se recicla para contar nuevas historias, sean adaptaciones o no.
Hoy en día encontrar una película como esta se podría considerar una rareza: los departamentos de maquillaje, vestuario y fotografía hacen tan bien su trabajo que la inmersión en el siglo XIX por las dos horas y media de duración del film es total. El peso de los diálogos, interpretados por un reparto que da lo mejor de sí, y la soberbia de la dirección: los movimientos de cámara, los planos y encuadres, juegan constantemente durante la duración del film. Quizás peque de quedarse atascada en ciertos ritmos narrativos, volviéndose pesada en algunos momentos, pero consigue salir bien de ellos.
La actuación de Benjamin Voisin es de las mejores del cine francés del pasado año, 2021. Desde amor, alegría, tristeza, enfado, ira… El rango de emociones es amplio y Voisin sabe llevarlo a su campo y jugar desde allí, facilitando que la audiencia sienta todo tipo de emociones hacia su personaje: del desprecio a la compasión y el entendimiento. En definitiva dotando a su personaje de una veracidad increíble.
En conclusión, Giannoli trae una fantástica película que sintetiza el espíritu de la obra original a la perfección, que llega en el momento justo y adecuado y que a muchos les servirá como una introducción a uno de los autores más relevantes del siglo XIX.
Las Ilusiones Perdidas se encuentra en cartelera desde el 25 de febrero.
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