‘Inside the Yellow Cocoon Shell’: espacios, gloria y fe

Mario C. Gentil / 26.09.23

Como entrar en la Catedral de Siena o descubrir a Janis Joplin. Lo que se siente cuando se sitúa uno por primera vez ante Las Meninas. El fenómeno del hallazgo de una obra y un artista que te agarra y te transporta a lugares en los que contadas veces se llega a lo largo de una vida. Supongo que algo parecido a salir al espacio, algo sublime y sobrecogedor. Y es que, a propósito de espacios, Pham Thien An, director vietnamita de Inside the Yellow Cocoon Shell (Bén trong vo ken vang, 2023), tiene la capacidad de crear espacios de la que un día fueron poseedores Ghirlandaio, Mantegna, Da Vinci, Rafael, el Veronés, Velázquez… un elegido tanto en la creación de ideas visuales como en su plástica, y casi milagrosa, ejecución. Una habilidad para contraponer elementos, para crear de una manera asombrosamente pictórica, imágenes infinitas. Una obra que vuelve a nacer en el inicio de cada escena, que no se agota ni en su quietud multiforme ni se repite en sus movimientos privilegiados, que siempre son únicos, que continuamente revelan cosas nuevas. Un cineasta que muta en conceptos visuales y que salta siglos de la historia del arte a lo largo de su discurrir, del renacimiento de los artistas mencionados pasa, como el que cambia de prenda, al barroco de Caravaggio, Velázquez, Murillo, Ribera o las pinturas de vanitas. Un cineasta que en su primer largometraje domina con mano maestra los interiores y los exteriores, o que es capaz de ensamblar ambos con divina gracia. De igual manera lo urbano y lo rural. Una cinta que en su cristiana exposición trasciende los sentimientos mundanos, y en su concepción mística, purifica lo humano. Una narración sabia y precisa, como el más experimentado de los trazados, preconsciente de lo que un alma vivencia en el viaje que al espectador propone. Ha brotado en 2023 un gigante de la imagen… Ahora la justicia me obligaría a redoblar este párrafo, porque, este cineasta de apenas 34 años ¡hace exactamente el mismo tipo de magia con el sonido!

Inside the Yellow Cocoon Shell relata el viaje de un tío a cargo de su pequeño sobrino, recientemente huérfano de madre, en busca de su perdido padre. Un torrente audiovisual que no es sino la entrada a una sala de museo en la que se expone el alma de Pham Thien An. Realizada artesanalmente, con medios humildes y la ayuda de amigos y conocidos, retrata sus coordenadas de procedencia. Tras su aparición en la Quincena de Realizadores en Cannes (le valió la Cámara de Oro a mejor ópera prima), aparece en España en la Sección Zabaltegui Tabakalera del Festival de San Sebastián, irguiéndose como obra magna del certamen. Sería un verdadero despropósito de nuestra industria si se decide que esta película no cumple criterios para ser distribuda por salas de todo el país en los meses venideros. Si eso acaba ocurriendo, muchísimas cosas fallarían.

De vuelta a la corriente de las imágenes, se adviene al pensamiento el deseo de proyectar también al futuro, de ver los siguientes dones que el vietnamita aportará en forma de nuevas películas, con el miedo casi irracional de quien acaba de obtener algo tan valioso que es fácil de perder. Brota la extraña sensación de la excepción del miraculum que supone este primer largo al ser sometido a un contraste con un panorama cinematográfico mundial que toca muchísimos puntos, cada vez más expansivo y comunicativo, pero que difícilmente te lleva al éxtasis audiovisual. Aun sobre ello, reina la seguridad del creyente tras la contemplación de la gloria: su poder proveerá. En uno de los constantes momentos mágicos de la película, en los que el tío explica al sobrino el concepto de la fe cristiana dice: “la fe es como cuando prestas a un amigo un juguete y tienes la seguridad de que te lo van a devolver”. Este mismo acto de fe han realizado, con su ayuda y asistencia para realizar la película, los amigos de Pham Thien An, como una prueba de amor y creencia con total certeza de que este se lo iba a devolver en forma de regalo. Y lo ha devuelto no solo a ellos, sino a todo el planeta. Una película para siempre.