Mario C. Gentil / 15.01.2022
Annette es una sorpresa de película en cuanto a que no es un musical tradicional, o por lo menos no es a lo que estamos acostumbrados en el cine. Prescindiendo de las grandes coreografías y el colorismo típico, la cinta se plantea más a modo de ópera, teniendo también, a mi manera de ver, influencia en ciertos momentos del videoclip y un regusto a tragedia griega clásica.
Pero lo que aquí se plasma es un relato contemporáneo, una historia actual. El amor de una joven pareja y las marcas de la inexperiencia que dejarán a su pequeña, Annette, una vida con muchas ausencias. Posee en sus momentos iniciales un montaje novedoso, pero del que no hay rastro posteriormente.
Aunque el mensaje principal sea las secuelas que dejará en un hijo un matrimonio fallido, es patente que en la ejecución de la película solo uno de los dos es el culpable, el que tiene la responsabilidad. Si acaso, el único error del otro es tener prole con alguien que será dañino, pero esto es excusable, y uno de los dramas en la sociedad actual (aunque siempre ha sido universal), porque nadie sabe la verdadera cara de una persona hasta que pasa el tiempo.
El drama del divorcio está aquí transformado, llevado a una mística griega, apareciendo la figura de una erinia. Quiero creer que es una transposición de la venganza que uno de los dos progenitores toma con el otro en numerosas ocasiones para castigarlo por la separación, la utilización simbólica para dar ese aspecto universal antes mencionado. Pero lo cierto es que esto no me casa con la realidad de lo que veo. Que en la película hay una persona que es mala, por las cuestiones que sea, y daña a lo que más quiere y hace lo mismo con su hija. Por lo tanto, pese a que en concepto entiendo la utilización de modernidad y clasicismo, no consiguen del todo ser aunadas.
Las metáforas no acaban con la utilización de la figura griega, ya que también está el símbolo de la marioneta, para evocarnos otro sentimiento: los niños son simples muñecos manejados por los padres hasta que aquellos consigan liberarse, no sin las profundas cicatrices que les dejarán de por vida. No obstante, no todo son en forma de figuras literarias, hay simbolismo en simples encuadres, pues el manejo de la composición es de muy alta calidad, con imágenes bastante atrayentes.
Los momentos musicales son atractivos visualmente y sobre todo auditivamente muy buenos. Y en cuanto a las actuaciones, Adam Driver está sensacional, y Marion Cotillard, me resulta muy ajustada su figura, sobre todo para la primera parte de la película.
Annette es un musical que merece ser visto pues nos ofrece algo diferente, y que quizás en un segundo visionado gane, pero que me deja una sensación disonante pese a la armonía que su música me transmite.
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