Andrea Villalón Paredes / 19.10.2023
¿Cómo hacer una película de lo menos memorable? Es fácil, toma un tema complejo y sé indeciso sobre quién es lo que quieres contar. Un Silence es un filme que propone analizar la anatomía de la pedofilia. En este caso concreto, la pornografía infantil.
El principal problema de esta película es que, al igual que Ágora, no sabe por qué personaje decantarse para contar la historia. Hay una familia afectada por la trama, esta se basa en un padre (el adicto a la pornografía infantil), un adolescente (el cual sigue con las tendencias de su padre) y una madre (que se le trata como la intermediaria en la trama). El problema es que el guion no sabe sobre qué va su propia película. No sabe si quiere contar cómo se crea la adicción a la pornografía infantil, un drama familiar o un film noir.
Verdaderamente, es una película que tiene tantas ambiciones que no se toma a sí misma en serio. No saca ninguna conclusión, no reflexiona, no llega a nada. Se queda en eso; un intento de ser edgy con un tema tan delicado como la pornografía infantil. No tiene nada de memorable, ni siquiera en su aspecto técnico hay algo que destacar y como resultado acaba tornando hacia la típica película que ponen un domingo por la tarde en antena 3.