Mario C. Gentil / 22.04.2022
París, Distrito 13 o Les Olympiades, la última película de Jacques Audiard, director de títulos como Un profeta (2009), De óxido y hueso (2012) o Los hermanos Sisters (2018), está ya en cines comerciales tras ser preestrenada internacionalmente en el Festival de Cannes de 2021, y que se pudo disfrutar también el pasado otoño en nuestro país en el Festival de Cine Europeo de Sevilla.
Con guion a cuatro por el propio Audiard, acompañados por Léa Mysius, Céline Sciamma y Nicolas Livecchi, la cinta está ambientada en el barrio al que le da título. Es un filme que versa sobre el amor contemporáneo, poniendo el foco en las relaciones sentimentales de personas entorno a la treintena, y el desarrollo, la evolución o el cambio de estos vínculos.
La película sobresale en el apartado visual, con una fotografía en blanco y negro de Paul Guilhaume que es una delicia contemplar, y ya te asienta en un estado de confort sobre el que disfrutar la película. También, la elección de planos y encuadres del director, donde da la sensación de que elige siempre el idóneo para las diferentes situaciones de cada escena, sin por ello reclamar nada de protagonismo, pero a la vez aportando una innegable calidez. Está por encima lo que se transmite con imágenes, que lo que el desarrollo del guion y los diálogos nos exponen. Para mí es sin duda el mejor apartado del filme.
Aun siendo una película que cuenta muchas cosas, hay cierta inconexión en su construcción, no estando bien hiladas sus diferentes fases, con un cierto vaivén que puede descolocarnos. Pero aun con estas fallas que cualquiera evidencia, la película tiene ritmo y funciona bastante bien narrativamente.
A parte del choque constructivo, tiene ciertas resoluciones algo sencillas e incluso esperadas. Pero la película está también plagada de momentos de verdad, y hay una transmisión de sentimientos y comportamientos que empatizan con el público porque son transmitidos de manera sincera. Amén de las relaciones sentimentales, París, Distrito 13 aborda diferentes temas como la búsqueda de uno mismo, la carga de la soledad, la necesidad de compañía, la insatisfacción en diferentes ámbitos, la distancia familiar o la incógnita de la dirección vital en los terrenos personales y profesionales. Siendo por lo tanto una cinta muy actual.
Las actuaciones son el otro gran elemento que elogiar en la película, evidenciando una potente dirección actoral, y una capacidad del director para sacar el máximo nivel de expresión de las peculiaridades de los rostros y las miradas únicas que los tres actores principales poseen. Es el debut de Lucie Zhang como actriz cinematográfica, siendo probablemente la más deslumbrante de las tres performances protagonistas, más meritoria si cabe al ser su entrada en el cine. Makita Samba, también está notable en el hasta ahora papel más relevante en su carrera. Y Noémie Merlant, actriz con más renombre de la película (protagonista de Retrato de una mujer en llamas, 2019, entre otras cintas), vuelve a demostrar su valía y merecido reconocimiento como una de las actrices francesas del momento.
La música de Rone asienta el clima actual de la obra, y sorpresivamente, se combina con el blanco y negro clasicista de la fotografía, a pesar de ser un tipo de música que inspire color.
En definitiva, Les Olympiades, es una película sensorialmente notable, que los espectadores se complacerán en su visionado, y con una historia que a buena parte del público treintañero le llegará, aunque a buen seguro a otros le creará indiferencia, pero en la que todo el mundo verá ciertas inconexiones en la manera que está estructurada y contada.