‘Neighbours’: el sometimiento kurdo contado mediante un retrato coral

Fotograma de ‘Neighbours’ (2021).

Mario C. Gentil / 11.10.2022

Neighbours (Nachbarn, Suiza, 2021) dirigida por el cineasta sirio Mano Khalil, ha sido la gran ganadora del Festival Imagine India con nada más y nada menos que cinco premios (Mejor película, guion, música, montaje y mención especial a niños actores). La cinta, biográfica y política, trata con una genial desenvoltura de personajes el conflicto kurdo-árabe en los años 80.

Un pequeño y humilde pueblo de Siria, cercano a la frontera con Turquía, recibe a su nuevo profesor bajo un clima cada día más tenso y opresivo debido a la invasión panárabe de los territorios kurdos.

El filme nos es situado desde la mirada de un niño (viene a simbolizar la infancia del director) que se perfila como el protagonista de una película eminentemente coral, con un guion sobresaliente, pues trata todos los personajes con un cuidado y un trabajo muy esmerado. Todos son sólidos, todos son realistas, todos evolucionan de manera creíble y acompasada con la trama en su arco. Además, las conexiones entre todos ellos encajan de manera armoniosa, y articulan una trama que no para de fluir en su narración.

La cinta trata la invasión árabe desde la perspectiva de los sometidos, resultando en un canto de libertad y a su vez en una denuncia antibélica devastadora, y donde se encierran pequeñas subtramas que permiten tocar diferentes temas como el amor imposible, la familia, la diversidad religiosa y racial, la tolerancia, el machismo, la emigración, el sentimiento de pertenencia, la solidaridad vecinal o el adoctrinamiento.

Fotograma de ‘Neighbours’ (2021).

A su vez, y pese a ser una obra de ficción, permite al público no perteneciente a los países de Oriente Medio tener un poco de contexto histórico de un muy complejo clima político que no ha dejado de tener vigencia, pues, a día de hoy, sigue teniendo multitud de puntos en tensión.

La película, a pesar de ser el retrato sobre la opresión que sufre un pueblo, no se desliga, pretendidamente, de lo emocional, incorporándolo como elemento consustancial, y en diferentes modalidades, a las situaciones de injusticia que las dictaduras y los conflictos armados traen consigo. De esta forma, consigue que la narración enganche al espectador, tanto por el suspense de la evolución de la trama política, como por los sentimientos que se ponen en juego, pero resultando el discurso como un todo unificado y no como elementos aislados. Incluso aparece el humor, que oxigena el filme y que no resulta impostado, pues está bien utilizado, siendo además un reflejo de que es una actitud inherente al ser humano hasta en momentos de sufrimiento.

Hay un buen despliegue de medios, un trabajo de producción, técnico y artístico, que es patente, pues destaca en una película que basa sobre un conflicto de Medio Oriente (no es baladí el dato de que sea una producción centroeuropea la que permita al director sirio realizar esta cinta).

Se entiende, por lo completo del filme, que Neighbours se haya alzado con el máximo galardón del Festival Internacional de Cine Imagine India. El tema, quizás, nos es lejano (no debería), o puede no tener ningún incentivo comercial, pero, desde luego, es una cinta que las distribuidoras deberían pensarse su circulación por las salas españolas, pues es una cinta rica, cinematográficamente hablando, y necesaria para acercar a la población un fragmento del sentir de un pueblo sin patria, maltratado y del que no conocemos nada a no ser que seamos comprometidos y nos informemos por nuestra cuenta.

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