por Jaime Pinto Llosa – 18/09/23
Virgilio (2022), la tercera obra cinematográfica del director argentino Alfred Oliveri, se adentra en el universo culinario, como sus trabajos previos, para ofrecernos un biopic documental sobre la vida de Virgilio Martínez, el chef peruano de reconocimiento internacional. Desde los primeros segundos, la película nos envuelve en un montaje audaz, que busca trazar las coordenadas espacio-temporales que guiarán el relato.
Así el montaje inicial se llena de fragmentos visuales que nos transportan a la vida y el universo laboral de Virgilio Martínez, el renombrado chef peruano. Este innovador enfoque nos lleva desde la majestuosa recolección de hierbas en las imponentes montañas de los Andes hasta una mesa de comida exquisitamente servida con ingredientes y colores, caviar, espumas y gelificaciones. Y, de manera sorprendente, culmina en un skatepark donde comienza la emotiva voz en off de la madre de Virgilio, quien comparte sus pensamientos sobre la pasión de su hijo.
No obstante, a medida que la película avanza, la narrativa se torna más lineal y secuencial, brindando a los espectadores la oportunidad de adentrarse más profundamente en la historia de Virgilio. Esto se logra a través de entrevistas reveladoras y la exploración de sus relaciones personales, destacando especialmente su conexión culinaria con Pía León, su esposa y socia en la gastronomía.
Este vínculo revela el proceso mediante el cual uno de los restaurantes más influyentes, Central, encuentra su identidad gracias a la colaboración entre ambos chefs. Además, Virgilio enfatiza de manera conmovedora la importancia del respeto por la cocina por encima del mero reconocimiento. Esto se convierte en una clave fundamental del éxito de la Chef Pía en su propio restaurante, Kjolle.
La película se distingue por su contenido, satisfaciendo las expectativas de sumergirse en las entrañas de uno de los mejores restaurantes del mundo, un elemento deseado en cualquier documental sobre gastronomía. Aunque su inicio puede parecer enigmático y curioso, pronto despliega una narrativa pragmática y esclarecedora que nos introduce a fondo en la vida y los proyectos culinarios de Virgilio Martínez.
La película se estrenó en la sección Culinary Zinema del Festival de Cine de San Sebastián, una colaboración con el Basque Culinary Center que fusiona cine, gastronomía y actividades relacionadas con la alimentación en educación, ciencia y agricultura. Es la segunda película del director argentino en presentarse en esta sección; la primera fue Tegui: Un asunto de familia en 2018.
El documental nos habla de los restaurantes emblemáticos de Virgilio, como Central, Mater y Mil, así como Kjolle, el restaurante de su esposa Pía, quien ha sido reconocida como la mejor chef mujer del mundo en el 2021. A través de imágenes y testimonios, la película nos acerca de manera destacable a la pasión y el esfuerzo que impulsan estos proyectos culinarios, ofreciéndonos un vistazo íntimo a la dedicación que hay detrás de cada proyecto gastronómico.
En medio del metraje, se aborda el impacto de la pandemia de 2020 en el negocio de la restauración, lo cual añade una capa adicional de profundidad al documental. La película nos muestra cómo Virgilio y su equipo tuvieron que enfrentar desafíos sin precedentes y adaptarse rápidamente, incluso transformando su restaurante en un servicio de delivery para sobrevivir.
Virgilio nos invita a sumergirnos en la apasionada búsqueda de excelencia en la restauración que caracteriza a Virgilio Martínez y su profundo compromiso con la identidad peruana. A medida que seguimos su viaje, inevitablemente nos lleva a cuestionar el sistema que rige los restaurantes y a examinar la influencia del poder económico en la industria culinaria.
La película proporciona una visión tácita de la dinámica de poder en el ámbito gastronómico, lo que nos brinda la oportunidad de reflexionar sobre la resistencia y el cambio en la cocina peruana. Aunque esta dimensión del filme puede no estar explícita en su narrativa, es una interpretación valiosa y profunda que nos lleva a contemplar el intrincado mundo que existe detrás de la alta cocina. Nos anima a considerar cómo la autenticidad y la identidad pueden prevalecer sobre las fuerzas globalizadoras y desafiar las estructuras tradicionales y el enfoque imperialista que a menudo caracteriza a la cocina contemporánea.
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