Carmen Osadía / 14.01.2023
Estimado lector, estimada lectora:
Te invito a tomar un respiro junto a mí, antes de entrar en la composición de planos, ritmo, fondo y forma de la cinta para quedarte con la historia y el duelo constante de Park Chan-Wook en el que se debate sobre el amor. La terrible situación en la que te coloca la propia vida cuando no eres tú quien decide dejar ir… esto es Decision to leave. Chan-Wook jugará a la soga de Hitchcock contigo para justificar el thriller y mantener la atención en la sospecha, en si verdaderamente Song seo-rae (Tang Wei) es asesina o inocente. Chan-Wook alabará la mirada voyeur de Hitchcock de La ventana indiscreta bajo el perfil de un detective de policía Jang Hae-jun (Park Hae-il) y desde los inicios, sus planos serán cortos para sostener despierta tu atención en la butaca y que no pierdas de vista un solo detalle para tratar de resolver el caso. Toda una maniobra de disfrute de pistas que te llevarán de un caso a otro, de una pista a otra, de un personaje a otro, para distraer lo verdaderamente importante en cuestión: si el deseo más allá de los límites nos hará libres para amar. Un detective honrado, que presume de clase por su mayor virtud, que es el orgullo de ser un buen policía, – un buen policía que padece insomnio por todos aquellos casos sin resolver tras jurar a sus víctimas que se vengaría de quien les asesinó- ; Y hasta entonces, un buen marido. Este hombre, que ya goza de prestigio en su trabajo, se enamora de la risa inapropiada de la mujer de una víctima y se corrompe por el deseo. Se dice que no se es infiel si no se sucumbe al acto sexual, pero mientras tanto, está permitido escuchar en modo repetición la canción favorita de tu verdadera musa, de la persona a quien deseas tocar, y por qué no, escucharla junto a tu mujer. Jang Hae-jun, colocará las fotos de las piernas rasgadas de su enamorada en su mural de sangre y ella lo contemplará mientras come sushi premium y comida casera cocinada por el hombre que la deseará por encima de su propia ley. El zoom señalará por sí mismo dónde habrá que acentuar la mirada – de primeras -, la música se escuchará más fuerte cuando se requiera impacto o sorpresa y, el caso a resolver, quizá pueda resolverse. Dentro del suspense, la naturalidad de sus personajes, es probable que provoque la risa. Los planos rompen la composición simétrica y se podrá admirar cada fotografía como un cuadro. El enfoque completo del escenario, permitirá observar la composición de la escena: cómo son las paredes de las habitaciones y cómo se desenvuelven por este espacio. Querido lector, querida lectora, al margen de todo ello, quizá quieras escuchar Niebla de la misma manera en la que se recrea Jang Hae-jun. Quizá te apetezca jugar con Song seo-rae a la seducción. Quizá puedas mirar a la posible asesina Song seo-rae con la misma mirada de amor de Jang Hae-jun.
Park Chan-Wook, que ya trató historias de amor por encima de la moral permitida como en Oldboy (2003), esta vez, presenta una nueva historia por encima de lo permitido con las herramientas ya aprendidas del maestro Hitchcock o el mismo género noir, ya que, el cine, es el único lugar, donde se puede disfrutar sin consecuencias dejando la incertidumbre del amor perverso a sus protagonistas en esa irrealidad. Fuera de sala, quizá quieran tomar otro tipo de decisión.