Jaime Pinto Llosa / 29.10.2022
Utama (Bolivia, 2022) es la ópera prima del director boliviano Santiago Loayza Grisi, que nos narra con técnica impecable el drama de una pareja de abuelos que resisten la sequía del pueblo, producto del cambio climático, esto último se aprecia como un rumor que la naturaleza o el “patrón de arriba” hace sin tenernos en cuenta. La visita de su nieto, nos revela la confrontación que el abuelo tiene contra la ciudad, la civilización, y con su propia prole, que ha preferido dejar el campo, la crianza de llamas e ir a la ciudad y trabajar de lo que sea. Estos conflictos se van resolviendo de manera tierna así como dura, dulce y grave, contrastes propios de la cultura quechua, a través del paisaje árido, entre montañas y cerros, entre auquénidos y la lengua quechua, idioma que solo entienden los abuelos y que el nieto no ha aprendido. Este conflicto es tratado con una calidad fotográfica que nos recuerda a los westerns mejor elaborados de John Ford y Sergio Leone. La música incidental juega un papel importante que le dota este espacio mágico donde se subliman las emociones, y quedan por encima de la imagen o escondidos de forma premonitoria anunciando la lucha, la muerte y la resiliencia del hombre del altiplano. Otro aspecto a destacar es el sonido, un sonido íntimo de la respiración del abuelo, una respiración áspera, dura, los sonidos del aire, de la tierra, de la montaña, integran de manera especial el relato. Todos estos aspectos se integran a la perfección en el filme dándonos en tan solo 87 min. una puesta en escena preciosa que rinde tributo al Altiplano.
Utama posee un lenguaje cinematográfico que por su forma y fondo puede ser referenciando con Wiñaypacha (Óscar Catacora, Perú, 2017) esta última narra una historia más extrema en un sentido amplio. El cuarto metraje de Oscar Catacora (1987 – 2021) realizador puneño, usa un minimalismo de personajes, solo dos, una pareja de ancianos que esperan y añoran el regreso de su hijo, usa como recurso espacial la cordillera Oriental de Los Andes, filmada a más de 5.000 metros de altura. La película nos ofrece una fotografía exquisita de la montaña Allincapac, donde se aprecian sus perpetuos nevados, este espacio da contexto al hombre contra la naturaleza, su resistencia, su fortaleza y su ocaso. Es importante esta representación en las dos películas, en ambas apreciamos los códigos de coexistencia entre el hombre andino y la implacable naturaleza de espacios agrestes. Igual que Utama tiene una duración corta de 86 min. En comparación Winaypacha, que su traducción sería “Eternidad”, está completamente hablada en aimara siendo la primera película peruana de su tipo. Con una puesta es escena minimalista, en tan solo 96 planos llega a ser tan pura en su forma, que ha sido señalada de antropológica, Winaypacha al igual que Utama nos muestra esta naturaleza humana hecha de silencio y paciencia llenos de una inmensidad y fascinación por Los Andes.
A través de sus personajes en Utama se vive el drama de la resistencia a la sequía, la esperanza de la lluvia, la historia costumbrista del amor entre dos abuelos quechua, su cosmovisión, sus símbolos y la herencia. Este último es el más adorable, el tema universal del abuelo, es el tema universal de la herencia, conocer de dónde somos, aceptar nuestro pasado, quererlo e intentar salvarlo aunque su tiempo haya pasado y lo único que nos queda es reconocerlo. Utama es una maravillosa historia realista, con una identidad indígena quechua que a través de su bella fotografía de Los Andes y El Altiplano, hacen del cine una experiencia real de vida.