Andrea Villalón Paredes / 19.10.2023
Justine Triet es una cineasta que lleva varios proyectos a su espalda, pero sin duda Anatomía de una caída es el más ambicioso de todos. La película presenta un dilema parecido al de 12 Hombres sin piedad y en la línea de Saint Omer. No obstante, se diferencia de ambas películas cuando pone al espectador como lo que es: un espectador.
El mayor peso del filme reside en el guion, se presentan unos hechos a través de un “narrador” no confiable. Esto quiere decir que en todo momento, el público no sabrá diferenciar que es verdad y que es mentira. A nivel audiovisual esto se hace presente de manera muy inteligente usando recursos como una falsa arma de Chejov. También a diferencia de las dos películas mencionadas anteriormente, aquí todas las personas, referentes al culpable y la víctima, son adultas, por lo que el filme expone un alto contenido en psique humana, teniendo una propuesta similar pero innovadora en cuanto al motivo del posible asesinato.
En otros filmes se nos podría haber mostrado como pasó para que la audiencia se posicione a favor de la protagonista, se podría haber mantenido en secreto e ir desvelando el misterio poco a poco, basando todo el aspecto narrativo en un giro de guion, incluso se podría haber marcado como culpable a la protagonista, pero con unos motivos que los justifique, es decir hablando de moralidad. Sin embargo, esto no pasa aquí, La película quiere dejar algo muy claro: la hermenéutica depende de la exposición de información a la que nos enfrentamos. Dependiendo de quién lleve el control de la narrativa, en este caso los abogados, creeremos lo que nos cuentan. Es una película que apuesta muchísimo por las perspectivas, el poder de las palabras, los errores humanos y como toda la información se puede manipular para construir cualquier tipo de narrativa.
El ritmo narrativo empieza lentamente, pero cuando el juicio comienza, al tener un círculo hermenéutico explícito con el espectador y unos diálogos verdaderamente inteligentes, hace que la adrenalina venga por la intensidad de descubrir la verdad. Al tener un protagonista en el que no se puede confiar porque el guion nos muestra que ha mentido en varias ocasiones, se crea una necesidad de saber más sobre qué es mentira, qué es verdad. En ocasiones se usan flashbacks para transportar al espectador al hecho exacto y utilizarlo como verdad absoluta, esto es: “me lo creo, si lo veo”, pero aun así, la película castiga ese pensamiento a través del contexto y ¿de qué depende el contexto?, de la narrativa, ¿y de qué depende la narrativa?, de quién cuenta la historia. Es hacer partícipe al espectador constantemente. La densidad del filme está totalmente justificada en el intento que tiene de confundir y guiar al espectador hasta el punto de decir “no sé qué es verdad y qué es mentira”
Esto, en el aspecto de un juicio, se presenta un dilema moral: ¿es lo correcto asumir lo que pasa dentro de un juicio como lo verídico? Es la justicia verdaderamente eficaz o simplemente modifica los hechos para encajar con una versión concreta y específica. ¿Tener una sentencia a favor significa ser inocente?, ¿o simplemente tener mejores recursos de manipulación? La única manera de saberlo es que veas Anatomía de una caída y tú mismo te sometas a ese círculo hermenéutico en busca de la verdad. En cines el 6 de diciembre de 2023.
1 thought on “‘Anatomía de una caída’ o la hermenéutica de un juicio”