Mario C. Gentil / 26.09.2022
Wang Chao acudió por primera vez al Festival Internacional de cine de San Sebastián debido a su participación a concurso en lo que supuso el preestreno de ‘A Woman’ (‘Kong Xiu‘), una cinta que trata sobre la dura vida de la mujer en la época de la Revolución Cultura, sobre el machismo en China, y sobre la independencia femenina. Está basada en la novela autobiográfica «Dream», de la escritora Zhang Xiu Zhen
Kong Xiu, es una trabajadora en una fábrica de textil que se acaba de casar. Cuando pasan unos años, ya con dos bebés, se vuelve a quedar embarazada debido a que su marido no quiere utilizar preservativos. La protagonista empezará a dudar y plantearse un futuro diferente al que parece verse obligada.
Trata de una historia que ciertamente no es novedosa, pues ya la hemos podido ver en diferentes películas, pero que sí que contribuye cinematográficamente hablando, y sirve como una muestra más de apertura del cine chino hacia la población occidental.
No puedo realizar esta reseña sin hablar de la tremenda influencia de Zhang Yimou sobre el cine de Chao. En ‘A Woman’ veo cosas de ‘Vivir’ (1994), ‘Semilla de crisantemo’ (1990), ‘Amor bajo el espino blanco’ (2010) e incluso ‘El camino a casa’ (1999). Sin llegar a la genialidad del cine del coloso chino, Wang Chao comparte el estilo cinematográfico de su compatriota. Sin poseer la poética de Yimou, Chao participa de sus preocupaciones y su lirismo, pero siendo el cine de este último (hablo solo de la película que nos ocupa, pues no conozco el resto de su filmografía) una versión más pretendidamente deslucida, más apagada y desteñida, todo en pos de un mayor realismo. Esto probablemente se deba a que la paleta de colores es menos llamativa, que no pretende captar la atención de focos concretos, para que veamos las imágenes como un todo mucho más costumbrista.
La película tiene un buen guion (a la hora que se escribe esta crítica ya hace un día que recibió el Premio a Mejor Guion del Festival) pues sabe crear unos muy buenos personajes y conjugarlos en una historia que atraviesa un par de décadas, resultando la evolución de la trama en un relato perfectamente construido, donde cada acto se toma el tiempo que merece.
Todo el apartado artístico, que sobresale, denota un trabajo muy bien realizado, creíble, y sin que resulte absolutamente nada impostado. Y tanto la fotografía, la música, como también las actuaciones, rayan a gran altura para conformar una película que conmueve, gusta a la vista y te mantiene involucrado de principio a fin, pues la narración que le imprime Chao, consigue que, a pesar de los saltos de años, estemos totalmente dentro del filme.
De las mejores películas de esta 70ª edición del Festival, y que personalmente, me ha servido, para descubrir un cineasta del que nada conocía, pero al que acudiré para ver su filmografía, pues este es ya su sexto largometraje. Ojalá sirva tanto su presencia en el Festival, el premio otorgado, y esta muy humilde crítica, para que su cine se abra a occidente, o si no, al menos, algún espectador indague en su obra.