Mario C. Gentil / 11.10.2022
La cinta india Receipt (Prapti, 2022), dirigida por Anuraag Pati, es un drama romántico que aborda un tema ya demasiadas veces visto en cine: la imposibilidad de unión entre dos personas que se aman debido a la elección del marido de la mujer por parte de la familia. Aunque en este caso, tiene el acierto de no repetir el modelo de pareja joven, siendo un amor maduro y dejando un poso de romance casi crepuscular.
Soma se ha casado por obligación con Sunanda y se ha retirado a una acomodada casa de Bihar, donde su mayor ilusión es recibir una carta de su verdadero amor y antiguo amante: Bedey Da.
Si bien la cinta, pese a que parece empezar a hacer denuncia de esto en el inicio del filme, no coge ese camino, y sí más se recrea en la melancolía, la tristeza, e incluso la belleza residente en un amor epistolar, en lo idealizado del recuerdo, en lo excepcional y casi milagroso del breve encuentro.
Receipt, pese a poseer un tono lírico nada despreciable, redunda en su pesar, y nos muestra en repetidas escenas siempre el mismo sentimiento, que ya captamos a la primera, y para el que no hace falta tantos subrayados. Hay suficiente ya en la expresiva mirada de la protagonista, para que se nos desglose en repetidas ocasiones su penuria y su añoranza. Además, se inserta otra segunda historia paralela que no se termina de modelar, que queda incompleta e inconexa, y con el que muy posiblemente hubiese ganado el conjunto de la obra si se hubiese trabajado más en detrimento de la historia principal.
Por otro lado, la cinta gana enteros en lo ambiental y en todo lo visual. El campo indio es captado con su luz y su humedad, y esto lo transmite muy bien el cineasta ayudándose del entorno, dando una sensación de fisicidad, ya sea en espacios naturales o en esa bonita pero decadente y casi fantasmal casa rural. Además, hay una sintonía entre el clima y el sentimiento de la protagonista, coordinándose ambos para reflejarnos su estado anímico. Esta reciprocidad, casi a modo de transmisión de la relación con el propio ambiente, simbolizando un perfil de la identidad cultural india, puede que sea lo más meritorio y logrado de la película.
Cinta con sus luces y sus sombras, tanto de facto, como de ejecución cinematográfica. Una obra que, pese a su escasa novedad, no pesa demasiado ver, pero que tampoco, por lo ya comentado, te consigue sacudir ni el estado de ánimo, ni suscitarte nuevas reflexiones.