‘Tarlan’: cine ingenuo, vago y nada ambicioso

Fotograma de ‘Tarlan’ (2021).

Mario C. Gentil / 04.10.2022

‘Tarlan’, película Kazaja dirigida por Yuliya Zakharova, ha sido hoy proyectada en la sección Naturaleza, en el Festival Imagine India que se celebra estos día en Madrid. Al contrario de lo que ocurre con las cintas que compiten en la Sección Oficial, ‘Tarlan’ es una obra de un nivel bastante bajo, de la que poco, por no decir nada, se puede rescatar.

La historia trata de la amistad entre un niño llamado Zakir y su potro, al que se afana por cuidarlo y que será su fiel compañero. Zakir, al contrario que los niños del pueblo, es solitario y no se le ve nunca si no es con el querido equino.

La cinta, paradójicamente, empieza dignamente, con tensión narrativa y una buena presentación de los personajes. Pero la película se desinfla a los diez minutos para no volver a alcanzar este nivel nunca más. Es más, era todo un engaño, pues los personajes no siguen la senda a la que parecen estar destinados en su comienzo, tiran por otros derroteros, o incluso desaparecen, pues son una mera herramienta porque no encuentran los autores mejor manera de propiciar una situación.

La película, de repente, cambia por completo el tono en el que nos es situada, y aquí comienza una obra melosa, infantil en el mal sentido, a la que le da igual ser creíble, a la que se le nota el pobre esqueleto que tiene detrás. Pero es que a esta película tan malamente escrita se le suma que la directora no pretende en ningún momento ocultar las vergüenzas del guion, pareciendo más una cinta de encargo (además para ser exhibida en televisión en la sobremesa, pues ni a producto comercial llega) que la obra de una joven cineasta.

Fotograma de ‘Tarlan’ (2021).

Pudiese justificarse con ser una cinta para toda la familia, pero entonces ahí entra otro gran problema que tiene: su mensaje es contradictorio, no tiene mucho sentido. Los personajes aleccionan en contra de sus mismas actuaciones, sin ser por ello un reflejo de hipocresía o un retrato de la contradicción humana. No, es todo un problema de que no se ha trabajado una línea firme en ningún personaje. Por esta causa, la moraleja animalista de este intento de fábula mezclado con una cinta de deporte escolar yanki, no es que no pueda ser creíble, es que no puede ser comprendida.

Pero es que ni algo tan sencillo de rodar en este tipo de obras, como es el clímax competitivo, parece haberle importado a su directora, que pasa de puntillas por la épica, para acabar con un drama que no turbará a absolutamente a nadie.

La utilización de la música es otro elemento disruptivo, pues es pesada, moña e incluso invasiva, y que, si tienes poco interés en lo que ocurre, esto te termina de distraer, y que a la vez te lleva a pensar: “me va a dar una subida de azúcar”. Si acaso, se puede decir que la fotografía es lo único potable (tampoco nada más) de la cinta.

Fotograma de ‘Tarlan’ (2021).

Por otro lado, las actuaciones son también de un nivel decepcionante. Exceptuando los intentos del actor que hace de abuelo, que lucha contra la moralina bipolar de su personaje. Se puede decir que el caballo es el personaje más creíble de la película, pues aparte de no salirse de sus cánones, hace, en un momento dado, una mirada bastante cómica en la que parece expresar: “¿qué le pasa a este ser humano y por qué actúa así? no le creo”.

Disculpen la dureza de la crítica, pero tengo que ser fiel con lo que he visto y sentido. Además, la cinta ha ganado el Premio del Público en el Kazan Intl Muslim Film Festival, y yo, como crítico, debo allanar un poco el camino al lector o lectora que algún día se pueda topar tanto con la noticia del premio, la oportunidad de verla, y mi reseña (un azar, en este caso concreto, digno de llamarse cósmico). Sé que a la película tampoco se le puede pedir mucho, y es posible que el cine de Kazajistán no tenga detrás la tradición cinematográfica de otros países para exigirle a todos y cada uno de los cineastas un mínimo. Pero si otros países lo consiguen, al menos alguien aquí, de los que han creado la cinta, debe tener una cierta pretensión artística (aunque la película, por exceso, fuera de intragable pedantería. Da igual, algo). Y aquí no hay nada de eso.

En cualquier caso, la cinta no es representativa del Festival, pues en su Sección Oficial el nivel está siendo diametralmente opuesto.

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