Mario C. Gentil / 20.02.2022
Mio’s Cookbook (Mio-Tsukushi Ryouri-Chou) dirigida por Haruki Kadokawa, y basada en una novela de Kaoru Takada, es una bonita historia de amistad que el Japanese Film Festival Online 2022 nos ofrece la oportunidad de contemplar.
Ambientada a principios del XIX, entre Osaka y Edo (actual Tokio), se nos da un drama que mezcla temas como la lealtad entre muchas personas, la superación personal o la opresión a la mujer, en una película donde el motivo culinario es el centro neurálgico de otras series de subtramas como el romance o la mencionada amistad.
Mio y Noe, dos niñas de Osaka, que son amigas en la infancia, ven sus caminos separados por culpa de una inundación catastrófica que cambiará sus vidas. Y diez años se nos centra la mirada en una de ellas, ya establecida en Edo.
Es una magnífica recreación del japón de 1800, que hemos visto tanto en blanco y negro en el cine clásico de geishas y samuráis de los grandes cineastas japoneses clásicos, pero que no hemos tenido tantos ejemplos que hayan llegado de estas obras con esta genial dirección artística y diseño de producción a todo color. La película posee una maravillosa ambientación y vestuario, y la fotografía de Nobuyasu Kita también resalta por su belleza. Apartados que son sin duda lo mejor de la película.
La cadencia es pausada, con el acostumbrado tempo japonés, pero narrativamente fluida, sin obstáculos, sin que el interés decaiga en su más de dos horas de evolución. Si bien es cierto que la historia es demasiado complaciente con el espectador, y es por ello difícil que no caiga bien. La película no se complica y va a una evolución fácil. Pero también es cierto que funciona, y no se ve exenta de momentos de belleza lírica. La música cuando aparece subraya este clima de serenidad, sensibilidad y delicadeza japonesa, que, aunque no se abusa de ella, aparece siempre en los momentos de mayor sentimentalismo, no siendo esto un aspecto negativo, pero tampoco nada original.
El guion a tres bandas (Itaru Era, Haruki Kadokawa, Kana Matsu) es correcto, cumple su función, especialmente en cuanto a la trama principal, aunque no es perfecto. Son todas las relaciones entre las personas demasiado inocentes, demasiado bonachonas, no se refleja la maldad más que como algo de fuera, de personas subrayadamente malas que casi ni vemos. Pero no hay ambigüedad en casi ninguno, por no decir ninguno, de los personajes que tienen importancia en la trama.
La actuación de la actriz protagonista Honaka Matsumoto destaca por encima del resto pese que hay una gran presencia de secundarios, de los cuales unas actuaciones me llegan más que otras.
A grandes rasgos, una película bastante grata a la vista y al espectador, que no se complica la vida y nos ofrece lo mejor que sabe que tiene. A toda persona que le guste el Japón de época aquí tendrá una de las mejores muestras a color que un servidor recuerda.